UNO

El líquido hizo espacio al aire, como si saliera de una prisión blanca, la luz dejaba de inundarme los ojos; la fuerza potencial de mis rodillas pedía concesiones al espíritu para regresar. Volver de un estado inerte de conciencia hacia uno pleno, resulta complicado cuando tratas de gobernar las ideas y éstas no parecen escucharte. Sané aislando hechos, eventos y reconociendo personalidades en mi pasado. Las cosas que se me presentaban parecían ceder tensión y la realidad se apreciaba menos retorcida.

Fijé mi atención en los surcos de mis manos, los canales de esperanza que rescaté de esta breve concentración se detuvieron en el alivio inagotable del autoconocimiento. La recuperación de una postura vertical me ayudó a ratos, viéndose confundida con la turbulencia, creo que me estoy acostumbrando a la gravedad artificial de esta nave.

Como pude apoyé las manos en el tablero amarillo parpadeante y miré por el visor del cuadrante espacio-temporal que una batalla se desarrollaba en algún punto cercano, casi pude contagiarme del calor quemante de los misiles, el olor a combustión y muerte hizo conexión con mis recuerdos y la audición rectificó dándole congruencia al escenario,  las imágenes me obligaban a recordar cómo reaccionaría un guerrero…

Enfrentar la dualidad con un brazo en el rayo y el otro en la sombra.

Comprender porqué todos somos el campo de esta batalla.

Que todos somos UNO.

Armoira – UNO

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